Expertos analizan cuáles son los mejores escenarios para las nuevas viviendas en el archipiélago.
Tras el anuncio del presidente Iván Duque sobre un plan para la reconstrucción de Providencia tras la destrucción ocasionada por el paso del huracán Iota (según informes se habla de pérdida total del 80 por ciento de la infraestructura y un 98 por ciento de afectaciones), el mandatario aseguró que inicialmente habrá que avanzar en la limpieza y adecuación del aeropuerto y el muelle.
Jorge Alberto Escobar Vargas, director de la maestría en hidrosistemas de la Universidad Javeriana, considera que lo primero que se debe tener en cuenta es el diseño de un sistema de alertas tempranas que permita monitorear en tiempo real la situación del archipiélago, pues con lo ocurrido ya queda claro que esta zona del país es susceptible de sufrir el paso de huracanes.
“Esto debe ser un trabajo conjunto entre la Unidad de Gestión del Riesgo y el Ideam, es importante en este tipo de situaciones un sistema de alertas tempranas que tiene un componente de monitoreo que mida en tiempo real el comportamiento de vientos, humedad, presión atmosférica y la marea –señala Escobar–. A partir de eso se puede analizar bajo qué condiciones se debe hacer un llamado a la comunidad y que siempre esté alerta”.
Duque aseguró que la propuesta es un plan de reconstrucción para ejecutarse en 100 días, sin embargo, expertos señalan que el tiempo que tomará esta ejecución, de la forma adecuada, puede tomar hasta un año. El experto asevera que una vez se establezca este sistema y haya red de monitoreo, lo siguiente es desarrollar modelos computacionales que permitan estimar el grado de daño de una tormenta y así poder advertir sobre el alcance en la afectación sobre la isla y saber si está preparada para los embates del clima.
“Es similar a lo que hace la ingeniería estructural con la norma de los edificios sismorresistentes, que lo que hace es blindar a las estructuras de los movimientos telúricos”.
De esta forma, analiza el experto, se puede empezar a pensar en un lineamiento que permita diseñar de buena forma la infraestructura de la isla para resistir tormentas y huracanes.
Esta isla, de 5.600 habitantes, tiene alrededor de 17 kilómetros cuadrados. Sus viviendas eran en gran parte construcciones raizales en madera con una cisterna para el agua y techo en zinc.
“Dependiendo de las geoformas de la isla va a haber zonas donde sean mayores los daños y las velocidades, entonces es necesario tener unos mapas de zonificación para determinar dónde se producen los daños más fuertes y que las medidas sean diferentes para cada zona –resalta Escobar–. Así se determina cómo construir las viviendas, para que cada zona cuente con unos cuidados especiales”.
Para el experto también es importante que en medio de la instalación de ese sistema se tenga en cuenta la presencia de los habitantes de la isla para crear así una cultura del monitoreo, que cada persona también se apropie de los sistemas de alertas para mantenerlos en perfecto estado.
"La clave es no olvidar que tenemos que, desde ya, plantear acciones que logren contrarrestar daños futuros, no soluciones inmediatistas"
Comments